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‘El niño que se enfadó con la muerte’, “una ‘autopsia’ emocional y biográfica que ayuda a ver la muerte como parte de la vida” y a derribar tabúes

√ El Dr. Enric Benito, miembro de honor de SECPAL y figura de referencia en el campo de la espiritualidad, presenta su libro en un acto en el que estuvo acompañado por la reconocida filósofa y escritora Mónica Cavallé y la Dra. Elia Martínez, oncóloga y presidenta de SECPAL

√  La obra, cuyos beneficios estarán destinados a la Fundación SECPAL, recoge las experiencias que han servido al autor “para entender qué es el sufrimiento, cuál es el itinerario habitual del proceso de morir y cómo podemos ayudar cuando alguien pasa por este trance”

√  ‘El niño que se enfadó con la muerte’, editado por HarperCollins, está disponible en librerías y principales plataformas de venta en formato impreso, eBook y audiolibro

 

“La verdad fundamental es que nadie muere sin saber que se está muriendo (…). La conciencia que somos no muere y no deja de percibir. Cuando se olvida esta verdad, podemos morir muy solos si los que nos cuidan y nos quieren intentan aparentar que no va a ocurrir y tratan de ocultar la realidad desde la ignorancia y el miedo”.

Así arranca el epílogo del libro El niño que se enfadó con la muerte, en el que su autor, Enric Benito, propone “siete lecciones del morir” que condensan las enseñanzas esparcidas a lo largo de las casi 200 páginas con las que el oncólogo, un referente en el campo de la espiritualidad, ayuda a derribar tabúes y a humanizar y normalizar el final de la vida: un proceso, como lo es el de nacer. “Hay un morimiento, como hay un nacimiento”, recalcó.

El Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM) acogió este jueves la presentación de la obra, un acto en el que el Dr. Benito, miembro de honor de SECPAL y profesor invitado en varias universidades españolas, portuguesas y latinoamericanas, estuvo acompañado por Mónica Cavallé, doctora en Filosofía, escritora y directora de la Escuela de Filosofía Sapiencial, y Elia Martínez, especialista en Medicina Interna y Oncología Médica, Máster en Cuidados Paliativos y presidenta de SECPAL.

Como explicó el propio autor, las páginas de El niño que se enfadó con la muerte están escritas “a chorros”, fruto de un estado de “gozo” inspirado “por las experiencias de los enfermos y los familiares a los que he tenido el privilegio de acompañar al borde del misterio que es morir”. Él hilvana sus historias a través de su propio recorrido vital, la fascinante travesía de un profesional “que se enfrenta a la muerte desde la infancia y que busca su forma personal de ayudar al mundo y dar sentido al enigma de la existencia”, tal y como destaca en el prólogo el profesor Javier García Campayo, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Zaragoza.

“Este libro es una autopsia emocional y biográfica en vivo. Enric Benito se abre en canal, sin pudor y con generosidad, con el único fin de ayudarnos a ver la muerte como algo propio de la vida y a lo que no debemos temer”, subrayó la Dra. Elia Martínez durante la presentación de la obra, editada por HarperCollins Ibérica y cuyos beneficios serán donados a la Fundación SECPAL.

“Esto podrá hacer que sigamos construyendo en cuidados paliativos y fortaleciendo el músculo de este campo de la ciencia que necesita impulsarse de una forma rotunda para proteger a los más vulnerables y deje de ser una disciplina de segunda”, indicó la presidenta de SECPAL. Durante su intervención, recordó también la figura de su antecesor, el Dr. Juan Pablo Leiva, fallecido de forma inesperada el pasado mes de octubre, y al que Enric Benito ha dedicado su libro: “Juan Pablo estaba muy entusiasmado con la publicación de El niño que se enfadó con la muerte, y hoy debe estar sonriendo con todas sus ganas, como solía hacer cuando pasaban las cosas que a él le gustaba que pasaran”.

Para Elia Martínez, este libro es “un regalo de sabiduría que ayudará a profesionales y no profesionales a acercarse tanto a la muerte como a la vida misma de una forma muy diferente a como hasta ahora nos habían acostumbrado”.

En la misma línea, Mónica Cavallé, autora de obras como La sabiduría recobrada o El coraje de ser y perteneciente al movimiento de la Práctica Filosófica —que vincula la filosofía a la vida cotidiana— apuntó que el libro ofrece un relato “entrañable, conmovedor, honesto, muy humano, sencillo y cercano”, sin que eso reste “nada de profundidad al mensaje”.

“Enric Benito hace una distinción entre curación y sanación, que supone seguir contribuyendo a la salud de una manera integral cuando no es posible superar la enfermedad. Esta sanación es la habilidad para encontrar paz, consuelo, conexión y significado en medio del sufrimiento”, destacó la filósofa, quien también consideró que El niño que se enfadó con la muerte constituye “una muy bella introducción al arte del buen morir”, que es, al tiempo, “una muy bella introducción al arte del buen vivir”.

 

 

En este libro se cuenta la historia real de un niño que recibe una llamada a través de la confrontación con la brutalidad y el desgarro de una pérdida imprevista, la de su abuelo. Ante este reto, decide enfrentarse a la muerte y mirarla a los ojos para preguntarle por su sentido y tratar de quitarle su aparente dureza.

Para el Dr. Benito, escribir El niño que se enfadó con la muerte, ir “uniendo y ordenando una historia con otra”, ha sido “muy terapéutico”. Son relatos “auténticos”, que surgen “de lo vivido, no de lecturas o de teorías académicas”, experiencias “que me han servido para entender qué es el sufrimiento, cuál es el itinerario habitual del proceso de morir, cómo funcionan el apego, la incertidumbre o el miedo y cómo podemos ayudar cuando alguien pasa por este trance”.

Porque, como subraya el autor, es en los momentos de máxima vulnerabilidad cuando se percibe “cómo estamos hechos por dentro, se desvela nuestra integridad y nuestra dignidad y, en definitiva, nuestra dimensión sagrada”. Reconoce que puede haber “tristeza o sufrimiento”, pero “si no huyes y permaneces, sientes aparecer la ternura y la paz”.

Por eso, El niño que se enfadó con la muerte pone a disposición del lector claves para entender y estar presentes en lo que él llama “el viaje definitivo”: “Para acompañar bien hay que aprender a domesticar el propio miedo, la angustia y la tristeza. Lo único que hay que hacer es no interferir, no frenar, no luchar. Quien está en el momento final de su vida necesita silencio, intimidad, información honesta, ternura, compañía, paz”.

En este escenario, Enric Benito, quien destacó en el acto la necesidad de “integrar la conciencia en la ciencia”, invita a estar alerta para descubrir “que todo tiene sentido y está bien organizado”, y también que “acompañar a otros en el proceso de morir es una forma de aprender de la vida sin intermediarios”.

 

 

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