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“Trabajar en cuidados paliativos nos concede el gran privilegio de profundizar en nuestra propia humanidad”

√ El Dr. Enric Benito, referente internacional en el ámbito de la espiritualidad en la práctica clínica, clausura las XIV Jornadas Internacionales de SECPAL con una conferencia en la que ha expuesto cómo transforma a los profesionales “convivir con el morir”

√ Una mesa redonda sobre ‘Retos en competencias clínicas y estrategias de desarrollo’ refleja la necesidad de delimitar mejor los roles de cada uno de los profesionales de los equipos y avanzar en la formación sobre cuidados paliativos en los estudios de pregrado y posgrado

 

El Dr. Enric Benito, especialista en Oncología, experto en Cuidados Paliativos y figura de referencia nacional e internacional en el ámbito de la espiritualidad en la práctica clínica, ha clausurado las XIV Jornadas Internacionales de SECPAL, que se han celebrado a lo largo de tres sesiones virtuales estructuradas en torno a los ejes temáticos Avanzar, Mejorar y Superar.

Durante su intervención, el Dr. Benito ha ofrecido una reflexión sobre cómo “convivir con el morir” transforma a los profesionales que atienden a las personas con enfermedades avanzadas y pronóstico de vida limitado. “Trabajar en cuidados paliativos nos concede el gran privilegio de profundizar en nuestra propia humanidad”, ha señalado, destacando que “el libro” donde se adquiere este aprendizaje se encuentra “al lado de la cama del enfermo”. Acompañándole, ha explicado, “vemos grandes transformaciones, en parte por nuestras intervenciones, pero también por los recursos que tiene la propia persona, que acaba por aceptar y por traspasar el sufrimiento de una forma dulce y serena”.

“Nuestro trabajo nos permite asomarnos a la intimidad de quienes acompañamos y descubrir valores de gran importancia. Experimentamos la intensidad del proceso y nos vemos obligados a aprender a gestionar las emociones, a forjar la capacidad de no huir, de estar junto al paciente y su familia y, al mismo tiempo, a permanecer ecuánimes y serenos. Nos damos cuenta de que todo es transitorio y, con ello, aprendemos a valorar la vida y a vivir en el presente. Vemos muertes integradas, serenas, de personas que fallecen haciendo las paces con su historia y que nos dan una lección de vida impagable; pero también muertes con intenso sufrimiento que nos proporcionan pistas sobre sus causas subyacentes: el apego, la resistencia, la lucha, la no aceptación…”, ha expresado el especialista, miembro de honor de SECPAL.

Estas experiencias llevan a los profesionales de cuidados paliativos “a descubrir poco a poco su profundidad, a cultivar la espiritualidad y, finalmente, a perder el miedo a la muerte y a vivir con confianza”. En este sentido, el Dr. Benito se ha referido a los resultados de diferentes estudios que ponen de manifiesto que, a partir de su práctica diaria, los paliativistas acaban “integrando en su vida cotidiana la sabiduría adquirida al sentarse junto a quienes se acercan a la muerte y miran retrospectivamente su itinerario de vida”.

“Los profesionales sanitarios venimos de un modelo biomédico sostenido por el paradigma científico y centrado en la enfermedad en el que el objetivo de la atención es curar y la persona enferma es un sujeto pasivo, un paciente. Sin embargo, el proceso de morir no es una enfermedad, es un hecho humano único y radical que se caracteriza por su dinamismo y nos pone al borde del misterio del vivir y el morir”, ha defendido el oncólogo y experto en cuidados paliativos.

Por ello, ha añadido, “nuestra profesión cambia nuestra manera de ver la realidad, pasando de una concepción de la vida como materia a una visión mucho más integral y humana”. En el ámbito asistencial, este cambio de perspectiva permite “ver al paciente como persona, y no solo como cuerpo, dando sentido y valor a su mundo interior, a sus emociones y a sus valores e integrándolos en la atención”.

Retos en competencias clínicas

Antes de la conferencia de clausura, se presentaron y premiaron las comunicaciones más destacadas de las XIV Jornadas Internacionales de SECPAL, que en su última sesión se centraron también en analizar los Retos en competencias clínicas y estrategias de desarrollo para los cuidados paliativos.
En una mesa redonda moderada por el Dr. Joaquim Julià, del Instituto Catalán de Oncología (ICO), y en la que participaron profesionales de referencia de las diferentes categorías implicadas en los cuidados al final de la vida –la trabajadora social Mª Puerto Gómez, de la Fundación Instituto San José de Getafe; la enfermera Lourdes Guanter, coordinadora de la Unidad Docencia del ICO; Jorge Maté, psicólogo clínico y especialista en Psicooncología del ICO, y Marcos Lama, médico de paliativos en la Fundación Rioja Salud–, se ha puesto de manifiesto la necesidad de delimitar mejor las competencias de cada especialista, siempre bajo el prisma de un trabajo en equipo con el paciente y su familia en el centro.

Una tarea compleja en muchas ocasiones, primero porque, como ha indicado Lourdes Guanter, “existe ambigüedad de roles, no tanto en el binomio médico-enfermero, en el aspecto clínico, pero sí en el aspecto psicosocial”, por lo que, a su juicio, facilitaría mucho la atención “que explicitáramos mejor cuál el nuestro rol, buscando más reuniones y más espacios comunes para ello”.

“A veces no es tanto la actitud ni la formación en cuidados paliativos como el tiempo que se necesita”, ha añadido Jorge Maté. O también, como ha indicado el Dr. Marcos Lama, “el ámbito y los miembros de los equipos”, muchas veces incompletos y en los que han de asumirse competencias que no son propias, sobre todo en la atención domiciliaria y en el mundo rural. “Cuando te pones la bata, a veces sientes que te dan las cuatro titulaciones a la vez en cuidados paliativos”, ha señalado Mª Puerto Gómez para referenciar ese solapamiento de competencias que a veces se produce, de forma especial, en el ámbito psicosocial.

En cualquier caso, todos se han mostrado de acuerdo en el salto cualitativo que supondría lograr la especialidad para los profesionales de cuidados paliativos y, mientras tanto, al menos incluir formación específica en pregrado y posgrado de forma generalizada. “Debería ser una asignatura obligatoria, y no lo es en casi ninguna facultad de Medicina española”, ha recordado el Dr. Lama. Lo mismo ocurre en Enfermería, donde la situación es incluso peor que la confirmada en un estudio de 2014, ya que una actualización realizada en 2021 indica que solo el 39% de los facultades o escuelas incluyen asignaturas de paliativos o relacionadas con el final de la vida, según ha matizado Lourdes Guanter.

 

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