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La I Jornada SECPAL de Trabajo Social Sanitario, celebrada el pasado viernes en CaixaForum Madrid, marcó un punto de encuentro clave para avanzar en el reconocimiento del trabajo social sanitario y reforzar su integración en la atención a personas en situación de vulnerabilidad, especialmente ante procesos de enfermedad avanzada y en el final de la vida.
El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, inauguró la jornada en un acto en el que también nos acompañaron la subdirectora general de Humanización de la Asistencia, Bioética y Atención al Paciente de la Consejería de Sanidad de Madrid, Paula Molina, y la directora del Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación “la Caixa”, Icíar Ancizu, junto a Elia Martínez y Álex González, presidenta y vicepresidente de SECPAL.

Durante su intervención, Padilla recordó que ese mismo día se conmemoraba el 25º aniversario del asesinato de Ernest Lluch, impulsor de la Ley General de Sanidad de 1986, que estableció el acceso universal a la sanidad pública y que el próximo año cumplirá medio siglo. En este contexto, señaló que si ahora se volviera a definir este marco normativo, “y especialmente la Ley de Profesiones Sanitarias, está claro que el trabajo social quedaría incorporado, al igual que algunas otras profesiones”.
“Cuando superemos el proceso del nuevo Estatuto Marco, abriremos este otro paso, que ya no tiene marcha atrás. El trabajo social quedará incorporado como profesión sanitaria. Es ya una reivindicación del conjunto del sistema sanitario para responder a las necesidades actuales”, aseguró.
Además, el representante del Ministerio de Sanidad reconoció la intensa labor que se realiza desde SECPAL y su valor diferencial como sociedad científica multidisciplinar, y también resaltó la importancia del papel de los trabajadores sociales en cuidados paliativos. “Hay una frase en el imaginario colectivo, que la muerte nos iguala a todos, pero está claro que no nos pilla a todos en las mismas condiciones. Creo que ya tenemos integrado al trabajador social como un agente con capacidad para ver los determinantes de salud de una persona”, destacó el secretario de Estado de Sanidad, quien añadió: “Cuando hablamos de cuidados paliativos, no podemos dejar a un lado que vivimos una época de transformación en la cultura de cuidados. Antes, la familia hacía ese papel, muy especialmente al final de la vida, pero ahora la soledad cada vez se va a demostrar más como determinante de salud, y esto es un elemento fundamental del trabajo social”.

Por su parte, Paula Molina, subdirectora general de Humanización de la Asistencia, Bioética e Información y Atención al Paciente de la Consejería de Sanidad de Madrid, recordó que los cuidados paliativos no son solo para el final de vida, sino que proporcionan una atención “en toda la trayectoria de una enfermedad grave para prevenir y aliviar el sufrimiento”.
En este marco, señaló, “es necesario un equipo interdisciplinar en el que los trabajadores sociales, evaluáis las necesidades y si el plan clínico es viable; coordináis, acompañáis y defendéis los derechos básicos del paciente y su familia”.
La representante de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid expuso tres ejemplos de situaciones en las que los condicionantes socioeconómicos intensifican la vulnerabilidad asociada a la enfermedad. “En todas hay un nexo común: el trabajador social que abre la conversación necesaria con la pregunta más difícil que se puede hacer a una personas cuando estás dispuesto a escuchar: ¿cómo estás?. No puede haber atención integral sin trabajo social. En esas tres escenas, sabemos que las familias ya no están solas”, afirmó.

Mientras, Icíar Ancizu, directora del Programa para la Atención integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación “la Caixa”, señaló que “un final de vida sereno y en paz también se construye desde lo social”. Por eso, añadió, los trabajadores sociales “aportan una mirada imprescindible, algo que vivimos día a día con los pacientes y las familias: movilizan recursos, acompañan procesos y garantizan derechos de las personas”.
“Desde nuestro programa hemos logrado construir evidencia y logar consensos. El trabajo que hemos venido haciendo nos permite sistematizar e identificar factores, incluso en la primera visita, que nos llevan a pensar que va a existir una complejidad de necesidades psicosociales. Entre estas variables, la edad es un factor esencial, al igual que la falta de adaptación a la enfermedad, cuando la vivienda no resulta adecuada, la ausencia de contactos sociales o sentimientos de soledad o una vivencia escasa de la espiritualidad como factor protector. Tenemos que seguir avanzando para sistematizar las intervenciones y lograr un método sólido para proporcionar la mejor atención”, apuntó.

Al inicio del acto inaugural de la I Jornada SECPAL de Trabajo Social Sanitario, Elia Martínez, presidenta de la sociedad científica, subrayó el esfuerzo realizado en los últimos años para visibilizar y reconocer el empeño diario de los trabajadores sociales en cuidados paliativos, una figura “central e imprescindible para garantizar una adecuada atención”. “El trabajo social es esencial en la atención de cualquier paciente que enferma y su familia, y en el caso de los cuidados paliativos, es una piedra angular en el manejo y bienestar de estas personas, cuando todo el entorno social se desestructura”, recalcó.

En el mismo sentido, Álex González, vicepresidente de SECPAL, puso de manifiesto la implicación y la apuesta de la sociedad científica por impulsar el trabajo social en el ámbito de la atención paliativa y avanzar en el reconocimiento de los trabajadores sociales como profesionales sanitarios, al tiempo que expresó su agradecimiento y satisfacción por la celebración de un encuentro de especial importancia que se consolidará dentro de las acciones de SECPAL.
“Hoy no solo celebramos una jornada científica, sino un hito para colocar el trabajo social en el lugar que se merece en los cuidados paliativos. Hoy también seguimos dando pasos para que el trabajo social sea reconocido como profesión sanitaria, porque somos parte del cuidado integral de la persona que enferma y de su familia”, aseguró.
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